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El Bosque Nacional del Caribe

Caribbean National Forest

Cuando las nubes se disipan, incluso por un breve momento, la roca de El Yunque es visible hacia el noreste. A una elevación de 3.469 pies (1.058 m), El Yunque es el segundo pico más alto en el Bosque Nacional del Caribe y el punto más alto visible en el horizonte. Según las leyendas locales, los indios Taínos consideraban a El Yunque como un lugar sagrado donde residían sus dioses. Al ver la nubes pasar casi constantemente a la deriva sobre la montaña y al sentir la quietud y la belleza del lugar, es fácil entender el por qué los indios Taínos pensaban de esa manera.

Desde la torre, la ciudad de Luquillo es visible hacia el norte. Al extremo noroeste se encuentra Isla Verde, en las afueras de San Juan; solamente un punto en el horizonte. Pero en su mayor parte la vista es del bosque. Un clima cálido y una precipitación anual de hasta 240 pulgadas (610 cm.) han producido un bosque denso siempreverde, rico en flora y fauna nativa: 225 especies arbóreas nativas, una vasta variedad de enredaderas, helechos, helechos arboreos, musgos, y más de I00 diferentes especies de vertebrados. Treinta y cinco de estas especies son endémicas lo que quiere decir que no existen en ningún otro lugar. De éstas, cinco se consideran amenazadas o en peligro de extinción, incluyendo la bella y rara Cotorra de Puerto Rico.

Tipos de bosque

Desde Mount Britton se pueden observar cuatro de los tipos de bosques distintivos de Puerto Rico: el bosque Tabonuco, de Palo Colorado de Palma de Sierra y el Bosque Enano.

El Bosque Tabonuco se encuentra dominado por el árbol de Tabonuco (Dacryodes excelsa) y crece primariamente en sitios protegidos a bajas elevaciones. El bosque Tabonuco posee muchas de las características típicas de los bosques pluviales. El dosel forestal tiene tres niveles: un nivel superior que puede estar compuesto hasta en un 35 por ciento de Tabonuco, un dosel inferior y el sotobosque o estrato inferior. El árbol que ocupa el segundo lugar en prominencia en este tipo de bosque, el motillo (Sloanea berteriana), posee unas grandes raíces que forman contrafuertes, típicas de muchos árboles en los bosques pluviales. Dichas raíces ayudan a sostener el pesado dosel de los árboles que crecen en un suelo muy húmedo. El suelo del bosque está cubierto de una vegetación escasa, pero el dosel posee una abundancia de plantas aéreas: bromelias, orquídeas, enredaderas y helechos arbóreos.

Arriba de los 2,000 pies (600 ni) de elevación se encuentra el bosque de palo colorado. Su nombre se deriva del Palo Colorado (Cyrilla racemiflora fig. 13), un árbol que también se encuentra en la América Central y del Sur y en el sudeste de los Estados Unidos. La altura arbórea en el bosque de Palo Colorado es de menos de 50 pies (15 m) y las capas del dosel forestal no son tan marcadas como las del bosque Tabonuco.

A una elevación similar a la del bosque de Palo Colorado, pero en laderas más empinadas, se encuentran los bosques de Palma de Sierra (Prestoea montana). Este tipo de bosque puede alcanzar 50 pies (15 m) de altura.

En las elevaciones más altas, cerca de la parte superior de El Yunque. crece el bosque enano, conocido también como el bosque nublado o el bosque musgoso. Este tipo de bosque está compuesto de unos rodales densos de arbustos y árboles achaparrados. El bosque enano tiene muchas de las mismas especies arbóreas que el de Palo Colorado, pero su crecimiento se ve limitado por un clima adverso; una precipitación copiosa, unos vientos fuertes y una cobertura nubosa casi constante.

El deterioro de los bosques

Desde Mount Britton, el bosque parece extenderse hacia el infinito. Sin embargo esto es solamente una ilusión. Queda muy poco de los majestuosos bosques que un día cubrieron la isla de Puerto Rico. Desde que fueron observados por primera vez por Cristóbal Colón durante su segundo viaje al Nuevo Mundo en 1493, los bosques de Puerto Rico han estado sujetos a un uso y abuso intensivo. Con el aumento en la población, los bosques fueron talados para crear espacio para los asentamientos humanos, la ganadería, las plantaciones de café y otras siembras agrícolas. Se estima que al inicio de la década de 1900, ya se habían perdido el 85 por ciento de los bosques originales.

Los bosques de Ausubo (Manilkara bidentara) en las tierras bajas fueron los primeros en ser cortados. Queda muy poco de este tipo de bosque. El bosque Tabonuco fue en el pasado un hábitat importante de la Cotorra de Puerto Rico y la destrucción de gran parte de este bosque es una causa muy probable del declive de esta especie. La Cotorra, un ave muy bella de color verde con unas plumas en las alas de un color azul intenso, es hoy en día observada muy rara vez. Sobrevive solamente en pequeños números en un área aislada del Bosque Nacional del Caribe y en una población en cautiverio usada para propósitos reproductivos.

Del bosque de Palo Colorado queda un poco más, pero durante las décadas de 1940 y 1950, muchos de los árboles de Palo Colorado de gran tamaño y edad fueron cortados selectivamente para hacer carbón o para promover el crecimiento de otros árboles más valiosos por su madera. Esta destrucción ocurrió antes de que los científicos descubrieran que la Cotorra anida en estos árboles.

Esfuerzos iniciales de conservación

Al igual que en otras partes del mundo, la tala extensa de los bosques en Puerto Rico llevó eventualmente a unos esfuerzos de conservación. La venta de madera fue restringida por los españoles en 1816, más que nada porque algunas especies se consideraban necesarias para el uso naviero durante las guerras de independencia en las colonias. En 1824 el Gobernador Miguel De la Torre. alarmado por la extensa deforestación, emitió un decreto para el plantado de árboles para el mejoramiento de las cuencas de agua; la primera ley real para la conservación. España escribió sus primeras leyes forestales comprensivas en el año de 1839 y estableció comisiones forestales que llevaron al primer censo forestal en la Isla en 1843. Durante las siguientes décadas, la protección gubernamental de los bosques disminuyó, pero se mantuvo suficiente interés en la conservación como para que el Rey Alfonso XII creara las primeras reservas forestales en 1876. Sus propósitos eran los de asegurar la calidad del agua, prevenir la erosión de los suelos y el asegurar una provisión adecuada de madera para tejados, combustible y madera aserrable.

Gracias a esos bosques reservados y a unas compras posteriores, Puerto Rico posee hoy en día un buen sistema de Bosques Estatales. Estos bosques son administrados por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, una agencia del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. A pesar de su pequeño tamaño se encuentran esparcidos alrededor de la isla y preservan unas muestras representativas de tipos de bosques nativos: manglares. bosques secos, húmedos y pluviales, a la vez que plantaciones de pino, caoba y teca.

Tres cuartas partes de los bosques de Puerto Rico se encuentran en manos privadas. Se han establecido unas cuantas plantaciones de pino y caoba, pero la mayoría de los bosques se ha regenerado de manera natural en tierras agrícolas abandonadas. Hoy en día, casi el 35 por ciento de Puerto Rico se encuentra cubierto por bosques. Estos bosques proporcionan a Puerto Rico gran parte de su belleza y podrán algún día ser una rica fuente de madera y de otros productos forestales.

Un bosque con muchos nombres

El Bosque Nacional del Caribe contiene terrenos que fueron parte de las reservas forestales establecidas originalmente por los españoles en 1876. Esta reserva, originalmente consisitía solamente de 12,400 acres (5,020 hectáreas), ahora cubre más de 28,000 acres (11,300 hectáreas). El Bosque Nacional del Caribe incluye el bloque de bosque sin perturbar de mayor tamaño en la isla. Único en los trópicos, el Bosque Nacional del Caribe es la reserva forestal más antigua en el Sistema de Bosques Nacionales y ha estado bajo una forma u otra de manejo por más de 100 años.

La reserva es manejada por el Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de Los Estados Unidos y tiene dos funciones primarias: manejo e investigación. De allí sus dos nombres: Bosque Nacional del Caribe y Bosque Experimental de Luquillo. En la realidad, el bosque ha tenido una multitud de nombres a través de los años, nombres que reflejan su larga y colorida historia. Originalmente llamado Yuké por los Tainos y luego El Yunque por los españoles debido a un pico prominente en su vecindad, el nombre fue cambiado en 1903 a la Reserva Forestal de Luquillo y de nuevo en 1935 a Bosque Nacional del Caribe. En 1956, el bosque fue designado como el Bosque Experimental cíe Luquillo en reconocimiento de la creciente importancia de la investigación en la reserva. Sin embargo. a menudo el bosque se conoce simplemente como "El Yunque," su nombre más antiguo y tal vez más pintoresco.

El Bosque Nacional del Caribe es parte del Sistema de Bosques Nacionales y es manejado de acuerdo a la ley para beneficios múltiples. Dentro del bosque se dedican áreas para lo que se considera copio su mejor uso: ya sea para la recreación al aire Iibre, la protección de cuencas de agua, como hábitats para la vida silvestre o para el cultivo de árboles.

Recreación al aire libre

Existen en el bosque muchas oportunidades para la recreación al aire libre. La frescura de las montañas atrae gente de los centros urbanos de San Juan y otros pueblos en las tierras costeras cálidas y húmedas. El acceso es excelente. Desde San Juan, el Bosque Nacional del Caribe se encuentra a menos de una hora de viaje en carro sobre calles pavimentadas. Existen tres carreteras que atraviesan el Bosque: una en el límite noreste, otra a lo largo del lado oeste y otra a través del interior que provee de acceso al Área de Recreación del Yunque, con sus muchos senderos para caminatas y albergues para meriendas campestres. Para los visitantes, el primer contacto con el Servicio Forestal es a menudo a través de exhibiciones interpretativas y una excelente película en el nuevo y espléndido centro para visitantes, El Portal de El Yunque, cerca de la entrada al bosque en la carretera 191. Se pueden encontrar intérpretes naturalistas estacionados en varios puntos del bosque para asistir a los visitantes y señalar puntos de interés local.

Protección de las cuencas de agua

Ocho ríos de importancia nacen en el Bosque Nacional del Caribe y proveen de agua y energía hidroeléctrica a los pueblos y las áreas rurales del Este de Puerto Rico. En el pasado, la tala no regulada para maderaje contribuyó a las inundaciones y a la erosión, pero hoy en día, las cuencas de agua críticas, los picos, las crestas y las pendientes agudas se encuentran fuera del alcance del las cosechas madereras. Como resultado de esto, el agua que fluye del bosque es relativamente limpia y libre de sedimento.

Hábitat para la vida silvestre

La totalidad del bosque es también un refugio para la vida silvestre. Posee 68 especies de aves nativas, muchas aves migratorias y numerosos reptiles y anfibios. En la noche, el bosque resuena con un ruidoso coro que podría incluir a 16 especies de ranas: los muy queridos coquíes de Puerto Rico. Los únicos mamíferos nativos son los murciélagos. Sin embargo, las mangostas y las ratas han sido introducidos y se han naturalizado.

El Área Natural de Baño de Oro

Tres cuartas partes de todos los bosques vírgenes (o primarios) que quedan aún en Puerto Rico están ubicados en el Bosque Experimental de Luquillo. Para proteger este recurso único y de gran valor, se han reservado aproximadamente 2,100 acres (850 hectáreas) como el Area Natural de Baño de Oro. La cosecha de madera y la construcción de caminos o senderos no es permitida en esta área.

Arboles importantes

A pesar de que el maderaje se considera como un importante uso del bosque, se ha cortado muy poco en años recientes. De hecho, la Reserva Forestal fue creada en respuesta a la deforestación y se ha hecho énfasis en la reforestación de las áreas cortadas. A través de los años, se han plantado muchos acres con árboles. En el futuro, estas plantaciones serán una fuente importante y sustentable de maderaje para uso local.

El Bosque de Luquillo tiene 225 diferentes especies de árboles y una comunidad vegetal con una alta diversidad, típica de los bosques tropicales pluviales alrededor del mundo. A continuación se enumeran algunos de los árboles de mayor importancia e interés:

• El Ausubo (Manilkara bidentata), es un árbol de gran tamaño y de crecimiento lento, con una copa densa de hojas elípticas de color verde oscuro. La madera del Ausubo es bella, resistente a las termitas y a la pudrición y altamente deseable para la manufactura de muebles y la construcción. Este fue en el pasado uno de los árboles madereros de mayor importancia de Puerto Rico. Hoy en día, quedan pocos árboles viejos y de gran tamaño.

• Los Helechos Arbóreos (Cyathea arborea y C. aquilina) se cuentan entre las plantas más fascinantes y de mayor belleza de los bosques tropicales. Estos pequeños árboles siempreverdes poseen unos troncos delgados y hojas plumosas conocidas como frondas. Los Indios Caribes usaban los tallos huecos para acarrear y preservar el fuego. Hoy en día estos tallos se cortan para ser usados como recipientes para plantar orquídeas y bromelias o como material para mezclas de tierra. Los helechos arbóreos se plantan también en los hogares y en los jardines comerciales. Desafortunadamente, la mayoría de los helechos arbóreos cosechados son robados de la orilla de los caminos.

• El Palo Colorado (Cyrilla racemiflora) es un árbol de gran tamaño que puede vivir por más de 1,000 años. Su nombre se deriva de su corteza rojiza la cual se desprende en escamas o placas delgadas. Los árboles viejos y de gran tamaño de Palo Colorado son importantes para el anidaje de la Cotorra de Puerto Rico. Muchos de estos árboles sostienen comunidades enteras de otras plantas: enredaderas, musgos, hierbas, helechos, plantas hepáticas e incluso plántulas de otras especies de árboles.

• El Tabonuco (Dacryodes excelsa) es tal vez el árbol más majestuoso en "El Yunque". Estos gigantes del bosque alcanzan a menudo una altura de 100 pies (30 m) y un diámetro de 40 pulgadas (1 m). La corteza lisa y pálida a veces exuda una resina blanca que es útil para encender fogatas y como incienso. La madera del Tabonuco se usó en el pasado para hacer muebles y cajas, pero hoy en día se le corta muy rara vez.

• La Palma de Sierra (Prestoea montana) constituye un rasgo impresionante del Bosque Experimental de Luquillo. A pesar de que las palmas son de crecimiento lento, se reproducen en abundancia en la sombra del suelo forestal y sobreviven los huracanes que vuelcan o quiebran muchos árboles frondosos forestales. Las palmas producen frutas durante todo el año y constituyen un alimento importante para la Cotorra de Puerto Rico.

El Instituto Internacional de Dasonomía Tropical

El establecimiento de una estación forestal de investigación en Puerto Rico fue autorizada por el Congreso en 1927, pero no fue hasta 1939 que se creó la Estación Experimental de los Bosques Tropicales, ahora conocida como el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical. Ubicada en el predio de la Estación Experimental Agrícola en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, el Instituto se ha convertido en un punto focal para la investigación y la educación silvicultural en la América Tropical. Su designación en 1956 como el Bosque Experimental de Luquillo reflejó la creciente importancia de las investigaciones silviculturales en la región.

El Instituto Internacional de Dasonomía Tropical, en conjunto con el Bosque Nacional del Caribe. han sido pioneros en la aplicación de principios válidos en el manejo de bosques en la América tropical. Entre 1931 y 1956, la cantidad de terreno en el Bosque Nacional del Caribe fue aumentada y consolidada a partir de tierras agrícolas circundantes, mientras que las entradas ilegales fueron esencialmente eliminadas. Para el año de 1975, 10,000 acres (4,000 hectáreas) de terreno habían sido replantadas. Hoy en día, las plantaciones forestales se parecen tanto a los bosques naturales que poca gente puede distinguirlas. y poseen muchos de los mismos beneficios. En 1934, como una asistencia a los esfuerzos de reforestación, se iniciaron las investigaciones sobre la regeneración natural y se comenzaron las pruebas sobre especies. Se han mantenido registros sobre el crecimiento de aproximadamente 20,000 árboles por casi 50 años.

Los investigadores en el Instituto fueron los primeros en reportar una disminución en la población de la Cotorra de Puerto Rico en el Bosque Nacional. Algunos años después, se inició un programa de monitoreo e investigación, resultando en la protección de la Cotorra bajo el Acta de Especies Amenazadas ("Endangered Species Act"). A través de los años, la población en cautiverio ha aumentado de manera continua, lo que proporciona la esperanza de que la población en estado silvestre pueda ser reestablecida eventualmente.

A través del tiempo, el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical ha gozado de una creciente reputación en la educación y en los programas forestales de extensión. Miles de personas han participado en los cursos de adiestramiento y en las conferencias técnicas, y la biblioteca posee una de las mejores colecciones de información sobre la silvicultura tropical en el mundo. En 1989, el bosque experimental fue designado para una actividad investigativa a largo plazo por la Fundación Nacional Científica ("National Science Foundation"). Como resultado, los científicos están ahora aprendiendo más acerca de la flora y fauna nativa y sobre cómo éstas reaccionan a las perturbaciones naturales o las causadas por el hombre.

Se han desarrollado instalaciones para la recreación, incluyendo senderos, áreas de merienda campestre, centros para visitantes y miradores escénicos. Cerca de un millón de visitantes por año disfruta hoy en día del Bosque Nacional del Caribe.

Nuevas direcciones

El Bosque Nacional del Caribe es sólo una pequeña fracción de los bosques originales de Puerto Rico y muy pequeño si se le compara con los bosques nacionales de los Estados Unidos, Brasil y otras partes. Pero este bosque es muy especial. Desde la década de 1930, el trabajo allí efectuado ayudó a invertir la tendencia hacia la destrucción forestal en Puerto Rico. El resultado es un tesoro viviente, un ejemplo de cómo los bosques tropicales pueden ser restablecidos, protegidos y manejados para el beneficio humano.

Se están desarrollando planes y programas para mejorar y extender los beneficios de esta valiosa área. Entre los esfuerzos se encuentran: (1) El refinamiento de la presentación educacional ambiental en el centro de visitantes El Portal de El Yunque, (2) el mejoramiento de las oportunidades de recreo en otras partes del bosque, (3) la adquisición de pequeñas propiedades alrededor de la periferia del bosque que sufren de un impacto recreacional intenso, (4) el desarrollo de una operación maderera a pequeña escala como demostración, usando las técnicas más favorables al medioambiente disponibles para proveer de madera a los artesanos locales, (5) la asistencia a las agencias estatales y no-gubernamentales con los problemas de manejo de la tierra a través de la asistencia técnica, (6) la extensión de las actividades para promover la recuperación de las especies de fauna y (lora en peligro de extinción y (7) la promoción de programas de silvicultura urbana basados en principios sólidos a través de toda la isla.

Se están planificando también cambios en los programas de investigación. En los últimos 50 años, se han efectuado muchos avances, particularmente en la silvicultura de plantaciones. Los silvicultores poseen ahora un conocimiento extenso sobre cómo reforestar sitios tropicales. En el futuro, se hará un mayor énfasis en aprender cómo funcionan los bosques tropicales; cómo las plantas y los animales interactúan en ecosistemas complejos y en la ecología global. Tal información ayudará a restaurar los bosques dañados, a planificar programas para las economías locales y a mostrar cómo mitigar los efectos globales de la contaminación atmosférica y de las aguas.

Mientras que la investigación en el Caribe será siempre una parte importante del programa del Instituto, se están iniciando también estudios en otras partes de la América Latina. El énfasis será en la hidrología y ecología forestal, en la rehabilitación y el manejo forestal, en las causas de la pérdida de especies y en el mejoramiento en el acceso a la información técnica.

PUNTOS DESTACADOS EN LA HISTORIA DEL BOSQUE NACIONAL DEL CARIBE/BOSQUE EXPERIMENTAL DE LUQUILLO

1839 La primera ley española abarcadora sobre la conservación forestal en Puerto Rico.
1876 La monarquía española proclama a El Yunque y otras áreas en Puerto Rico como reservas forestales.
1903 El Presidente Roosevelt designa la Reserva Forestal de Luquillo (ahora llamada Bosque Nacional del Caribe).
1905 La Agencia de Silvicultura del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publica el primer informe detallado sobre el bosque y sus recursos.
1931 Se establecen las primeras plantaciones forestales (de caoba).
1933 Da comienzo el Programa de Conservación de Emergencia. Con el Cuerpo Civil de Conservación (1937), se logran extensos esfuerzos en la reforestación, la construcción de caminos y otras mejoras.
1935 Cambia de nombre a Bosque Nacional del Caribe.
1937 Se completa el primer censo de recursos madereros.
1939 Se establece la Estación Experimental de los Bosques Tropicales (ahora llamada Instituto Internacional de Dasonomía Tropical).
1946 El bosque se designa como un refugio para la vida silvestre.
1956 Todo el bosque es designado como el Bosque Experimental de Luquillo en reconocimiento de la creciente importancia de las investigaciones.
1968 Se comienzan los esfuerzos de conservación en favor de la Cotorra de Puerto Rico.
1976 El Bosque Experimental de Luquillo se designa como una Reserva de la Biósfera.
1988 La Estación Experimental recibe fondos de parte del la Fundación Nacional para la Ciencia (National Science Foundation) para la investigación ecológica a largo plazo.
1992 Se establece el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical (IIDT), para realzar la cooperación y colaboración internacional.
1996 Se inagura El Portal, Centro de Bosque Pluvial, continuando una tradición de educación, acercamiento a la comunidad y servicio público.